He sido de lo que critica el cine venezolano, supongo que lo cineastes me odiarán si digo que me parece que las películas de Román Chalbaud no me gustan, es más las considero que fueron hechas en una época oscura del cine venezolano. Malandros, malhablados, putas, burdeles... entiendo la fascinación con la vida bohemia, con lo underground, pero las siento películas malas, con guiones inconsistentes, recursos técnicos terribles y de calidad actoral pésima. Lo siento, así lo siento, entiendo que fue todo un logro hacerlas, pero ver a Miguel Angel Landa, el mismo del programa de televisión: Bienvenidos, haciendo de matón o de policía, me causaba un choque del que aún no salgo.
El cine ha ido cambiando y de aquellas películas con mala calidad de audio, y de colores poco billantes pasamos en el cine a otras más coloridas, peor de habladas y hundidas en la pésima actuación. Con guines peores que nunca y llenas de desnudos y malas palabras. Me viene a la memoria La Hora Texaco, Ratón de Ferretería, Comando Colt no sé qué... entiendo que hay que apoyar el cine nacional, de esa época hay memorables películas, pocas pero memorables que demuestran que el talento siempre ha existido en el cine nacional, películas como La Pequeña Revancha, que aún recuerdo como maravillosa, con un bello guión y bien contada.
Luego vinieron cosas atroces y groseras a mi juicio faltandole el respeto al público como Amaneció de Golpe, Huele Pega y etc... en las que son memorables solo las tetas de la coconaza o la escena de sexo de Rudy Rodriguez. Creo que desgastadas historias sin solidez del guión y direcciones más que mediocres. Luego llegó el actual régimen y ha apoyado películas como Miranda y Miranda (La otra) donde me hice conciente de que en Venezuela aparte de las obvias roscas que existen en el cine, hay un problema de fondo que es la actuación o dirección de actores. Estoy harto de ver a lo mismo actores en todas las películas, actores que además vienen de la televisión, de telenovelas que han caído a profundidas más empantanadas que el cine. Actores que quizá no son tan malos pero que me imagino que por estrellitas no se dejan dirigir adecuadamente, con actuaciones sobrecargadas, diálogos inverosímiles. Es decir, películas en las que no se habla como se habla en Venezuela, muchas groserías pero expresiones forzadas, actuaciones poco naturales. Además acontecimientos terribles para el cine como que se hacen dos películas sobre Miranda y en una la actriz Mimi Lazo hace de Mamá de Miranda y en la otra hace de Catalina de Rusia. ¿Acaso los directores de esas películas no vieron la otra película, no hubo casting para los papeles?
Estoy harto de ver a Beatriz Valdéz en todas las películas o a Elba Escobar hasta de empleada de la farmacía en Secuestro Express sólo para figurar. No quiero ver a Luis Chataing firmando el Acta de la Independiencia o a Gustavo Rodriguez otra vez. Entiendo que de las tablas no se come, eso lo viví en carne propia, pero estoy harto de actores de novelas en el cine. O de teatro con personajes como actores de Cheverísimo, o monólogos de Pollo Brito, ¡Vaina!Que se queden haciendo música o lo que hagan.
Pero el cine ha ido cambiando, y no me refiero a nuevas películas como las de Beto Arvelo, que ya representaban un cambio, me refiero a nuevos técnicos de cine, nuevos productores, nuevos directores y sobre todo nuevos actores, o nuevos no actores. Películas como Una Vida y Dos mandados, Una Casa con Vista al Mar (sé que es como un remake de Pelle el Conquistador pero me gustó) que ya no tienen temas de barrio y armas y putas y drogas. Películas como Secuestro Express, que redimensionó las películas de malandros, más no revolucionó el cine como he oído a su director decir. Hay más películas como La Hora Cero, aunque de malandros también me gustó por el uso de actores no actores, como el Zapata que no era actor antes de la pelí, y de diálogos muy naturales, de conversaciones verosímiles y casi sin groserías, incluso con escenas cómicas, muy del cine cómico americano. Películas como Hermano, La Vino Tinto, etc... que tienen otras temáticas, direcciones distintas y directores emergentes, nuevos, innovadores y sobre todo fuera de la vieja rosca.
El cine está cambiando, aunque existan resistencias, aunque directores de telenovelas sigan ganando los festivales de cine, pero el público seguimos apoyando el cine nacional, con fe en los cambios y con la vista puesta en los nuevos cineastas.
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