viernes, 16 de julio de 2010

EL SONIDO DE LA LLUVIA Y EL COLOR DE LAS VOCALES


Foto: BesoNegro


Estos días de mucho trabajo, de mucho cavilar y de mucho deber de pronto oyendo la lluvia en la noche desvelada pensé en Rimbaud, que busco en la poesía la alquímia del verbo, la forma de ver más allá de lo evidente por medio de la palabra, y que hasta le puso color a las vocales. Así, ese niño terrible se convirtió en un vidente, en un mirador de espacios más allá de los que normalmente podemos ver, pero que dejó eso plasmado en palabaras, cosa que otros no pudieron.





Sensación


Iré, cuando la tarde cante, azul, en verano,
herido por el trigo, a pisar la pradera;
soñador, sentiré su frescor en mis plantas
y dejaré que el viento me bañe la cabeza.

Sin hablar, sin pensar, iré por los senderos:
pero el amor sin límites me crecerá en el alma.
Me iré lejos, dichoso, como con una chica,
por los campos , tan lejos como el gitano vaga.

Marzo de 1870

Versión de Andrés Holguín