domingo, 14 de diciembre de 2008

SILVIO RODRIGUEZ, LOS ENCUENTROS Y JUDITH


Existen cantantes con los que necesariamente debemos entrar en contacto; una vez me dijo una amiga refiriendose a una candidata a Decana de la facultad, que ella era quien le había presentado a Silvio Rodriguez. Yo que he admirado a Silvio mucho tiempo, me emocioné con un poco de envidia de que mi amiga había conocido a ese cantautor tan caro a mi corazón. Por su puesto que resultó siendo metáfora y que por esa candidata mi amiga había entrado en contacto con la música de Rodriguez.

Mi caso con Silvio fue casual, no se oía en mi casa, empezaba yo a tocar guitarra, y un día en casa de unos amigos musicos de mi papá, tocan la Canción del Elegio, canción que megustó tanto que pregunté de quién era, algún distraído me dijo que era de Soledad Bravo, pasé tiempo pensando que era de ella. En esos días en que ni la internet y sus maravillas me hubiesen ayudado a saber la verdad, otro día en la terraza de un edificio un amigo de un amigo que tocaba guitarra tocó la Canción del Elegido, yo dije que me gustaba mucho esa canción de Soledad Bravo, todos rieron, me presentaron a Silvio por medio de la burla y de Fábula de Tres Hermanos.

Pasaron los años, me hice fan, oí la discografía extensa y extraordinaria del cubano, me aprendí las canciones, se incrustó en mi corazón y marcó mi vida. Momentos marcados por sus canciones. Hace poco otra amiga me regaló una canción que no conocía, lleno de sorpresa e indignación de fan dedicado la oí y estoy sorprendido de ella, es tan hermosa que la pongo acá para compartirla con algún otro fan del cantautor que no la lleve aún en su corazón o para que alguien entre en contacto.





martes, 2 de diciembre de 2008

RILKE Y LA POESÍA CLARIVIDENTE


Rainer a la izquierda en Rusia con Lou Andrea-Salomé

Dicen que los poetas, los verdaderos, los universales son verdaderos clarividentes. Que ven la realidad más allá de la apariencia, que ven el universo con mirada profunda, con mirada de sagitarianos. Los poetas son místicos, o Casandras de las letras, que dicen las verdadades, predicen el futuro, cantan el destino, profanan el tiempo sin que nadie le crea. ¡Ah! Agamenón, cuantos hachazos hubieras evitado. La poesía hace del lenguaje una tierra donde cultivan la belleza, la vida, o muestran lo inevitable de la muerte.
Rainer María Rilke es otra Casandra, otro clari-vidente que juega con el lenguaje, en su caso el alemán, ese mismo de Goethe, ese mismo en el que se ha explorado al hombre, al saber y a todos los pensadores de la humanidad. Rilke es más que"Cartas
a un joven poeta", su sensibilidad lo llevó a entender que el amor según entendían los griegos es ponerse en armonía uno con el otro, afinarse cual instrumentos, eso que viene de filia, de filo-sophia, que es ponerse en armonía, afinarse con la idea que el universo es todo uno. En su dulce e impactante poema Canción de amor lo muestra. Rilke, cuyo nombre lo cambió de Renné a Rainer Lou Andreas-Salomé la misma de Reé, Nietzsche y Freud; supo lo que sabian los antiguos griegos, que no hay amor sin armonía, sin afinación no dejó ésta bella pieza que me conmueve y me turba y hoy me hace sentir desolado y solitario pero con una dulzura difícil de expresar.

Otra traducción:

CANCIÓN DE AMOR

¿Cómo sujetar mi alma para
que no roce la tuya?
¿Cómo debo elevarla
hasta las otras cosas, sobre ti?
Quisiera cobijarla bajo cualquier objeto perdido,
en un rincón extraño y mudo
donde tu hundura vibra.

Pero todo aquello que tocamos, tú y yo,
nos une, como un golpe de arco,
que una sola voz arranca de dos cuerdas.
¿En qué instrumento nos tensaron?
¿Qué violinista nos tiene en la mano?
¡Oh, dulce canción!





POR TI, PARA QUE UN DÍA LLEGARAS

Por ti, para que tú un día llegaras,
¿no respiraba yo a media noche
el flujo que ascendía de las noches?
Porque esperaba, con magnificencias
casi inagotables, saciar tu rostro
cuando reposó una vez contra el mío
en infinita suposición.
Silencioso se hizo espacio en mis rasgos;
para responder a tu gran mirada
se espejaba, se ahondaba mi sangre.
¡Qué expresión fue sembrada en mi interior
para que, cuando crece tu sonrisa,
proyecte sobre ti espacio cósmico!
Pero tú no vienes, o vienes demasiado tarde.
Precipitaros, ángeles, sobre este
linar azul. ¡Segad, segad, oh ángeles!

Versión de Jaime Ferrero Alemparte